Fallecimiento de Isabel II de España: Contexto histórico y repercusiones en la monarquía.

Fallecimiento de Isabel II de España: Contexto histórico y repercusiones en la monarquía.

El fallecimiento de Isabel II de España marcó un hito en la historia de la monarquía española, con profundas repercusiones tanto a nivel nacional como internacional. Para comprender la magnitud de este acontecimiento, es esencial adentrarse en el contexto histórico que rodeó su reinado y analizar cómo su muerte impactó en el devenir de la monarquía en España. Acompáñanos en este recorrido por los hechos que marcaron una época y transformaron el panorama político del país.

Abdicación de Isabel II de España.

La **abdicación de Isabel II de España** tuvo lugar el 30 de septiembre de 1868. Isabel II, también conocida como «La Reina de los Tristes Destinos», fue reina de España desde su nacimiento en 1830 hasta su abdicación en 1868. La abdicación se produjo en un contexto de agitación política y social en España, marcado por el descontento popular y la Revolución de 1868, también conocida como la Gloriosa.

Durante el reinado de Isabel II, España experimentó numerosas crisis políticas, sociales y económicas, lo que llevó a un creciente descontento entre la población. El régimen de Isabel II fue caracterizado por la corrupción, el nepotismo y la inestabilidad política, lo que generó tensiones crecientes en el país.

La Revolución de 1868, un movimiento liderado por progresistas, demócratas y militares descontentos, culminó en la abdicación de Isabel II. Tras su abdicación, se estableció un gobierno provisional que dio paso al periodo conocido como el Sexenio Democrático, marcado por intentos de modernización y reforma en España.

La abdicación de Isabel II significó el fin de una etapa en la historia de España y abrió paso a nuevos cambios políticos y sociales en el país. Tras su abdicación, Isabel II se exilió en Francia y posteriormente en Italia, viviendo el resto de su vida lejos de España.

Reinado de Isabel II de España.

Durante el Reinado de Isabel II de España, que tuvo lugar desde 1833 hasta 1868, se produjeron importantes acontecimientos que marcaron la historia de España en el siglo XIX.

Proclamación y minoría de edad: Isabel II fue proclamada reina de España a la muerte de su padre, Fernando VII, en 1833. Debido a su corta edad, se estableció una regencia hasta que alcanzara la mayoría de edad en 1843.

Guerras Carlistas: El reinado de Isabel II estuvo marcado por las Guerras Carlistas, conflictos entre los partidarios de Isabel II, conocidos como isabelinos, y los carlistas, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón. Estas guerras civiles supusieron un periodo de inestabilidad y conflictos en España.

Época convulsa: El reinado de Isabel II estuvo caracterizado por la inestabilidad política, los pronunciamientos militares y la corrupción. Se sucedieron diversos gobiernos y se promulgaron varias constituciones durante este periodo.

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Desamortización: Durante el reinado de Isabel II se llevaron a cabo procesos de desamortización, como la Desamortización de Mendizábal en 1836, que afectaron a los bienes de la Iglesia y de las órdenes religiosas, así como a las propiedades comunales.

Revolución de 1868 y exilio: Debido a la creciente oposición política y social, en 1868 se produjo la Revolución de 1868, también conocida como la Revolución Gloriosa, que llevó al exilio de Isabel II y al fin de su reinado en España.

Revolución de 1868 en España: Causas y Desencadenantes.

La Revolución de 1868 en España, también conocida como la «Gloriosa», fue un importante acontecimiento histórico que tuvo lugar durante el reinado de Isabel II. A continuación, se detallan las causas y desencadenantes de este importante suceso:

Causas de la Revolución de 1868 en España:

Descontento político y social: La sociedad española de la época se encontraba profundamente dividida entre liberales y conservadores, lo que generaba conflictos y tensiones constantes.
Corrupción y mala gestión: El gobierno de Isabel II se caracterizaba por la corrupción, el nepotismo y la ineficacia en la gestión de los asuntos públicos, lo que minaba la confianza de la población en la monarquía.
Problemas económicos: La crisis económica y el descontento social derivado de la mala situación económica de amplias capas de la población contribuyeron a crear un caldo de cultivo propicio para la revolución.
Desgaste del régimen monárquico: El agotamiento del régimen monárquico instaurado por Isabel II, así como la falta de apoyo de sectores importantes de la sociedad, allanaron el camino para un cambio político.

Desencadenantes de la Revolución de 1868 en España:

  • El descontento popular se vio exacerbado por la Revolución de 1868 en septiembre, cuando un levantamiento militar en Cádiz desencadenó una serie de movimientos revolucionarios en todo el país.
  • La incapacidad del gobierno para sofocar la revuelta y la adhesión de importantes sectores del ejército al movimiento revolucionario fueron clave para el éxito de la misma.
  • La proclamación de la Constitución de 1869 y la posterior abdicación de Isabel II en favor de su hijo, Alfonso XII, marcaron el fin del reinado de Isabel II y el inicio de un periodo de transición política en España.

El fallecimiento de Isabel II de España en 1904 marcó el fin de una era en la monarquía española. Su reinado estuvo marcado por conflictos políticos y sociales, que debilitaron la imagen de la corona. Tras su muerte, se abrió un periodo de incertidumbre en el que se cuestionó el papel de la monarquía en el país.

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Las repercusiones del fallecimiento de Isabel II se hicieron sentir en la sociedad española, que buscaba una renovación en el sistema político y en la institución monárquica. Este evento histórico contribuyó a la consolidación de la Segunda República Española en 1931, que puso fin a la monarquía en España.

En conclusión, el fallecimiento de Isabel II de España significó el fin de una etapa turbulenta en la historia de la monarquía española y abrió paso a importantes transformaciones políticas en el país. Su legado, aunque controvertido, forma parte fundamental de la historia de España y de la evolución de su sistema político.